Antonio Mingote / ABC / Miércoles 4.XI.09 ...........
José Luis López Vázquez / Madrid 1922 - Madrid 2009
.... Hace apenas 72 horas, José Luis López Vázquez se subía por última vez a un escenario, la pantalla de "Cine de barrio", en Televisión Española. Lo hacía desternillante como siempre, hablando y gesticulando por los codos, con "El turismo es un gran invento", de Pedro Lazaga. López Vázquez estaba en su salsa (mejor, en una de sus salsas, que de muchas salsas escénicas mojó), la de habitante de la España profundísima ("hacía" de secretario municipal de Valdemorillo del Moncayo), refocilándose entre nórdicas que le sacaban una cabeza y yéndose con ellas a la piscina, en calzón corto, pero con calcetines negros y su carpetovetónica alopecia de macho ibérico y un poco sobón. Ayer, José Luis López Vázquez, uno de los nombres más propios de nuestro cine y nuestra escena, perteneciente a esa estirpe irrepetible de cómicos de los que ya no se hacen, de los que hechizan el patio de butacas o embrujan a la cámara, moría en Madrid a los 87 años de edad.
.... Recordarle es repasar también la historia de los últimos sesenta años de vida española y es tirar del archivo de nuestros recuerdos y nuestras sonrisas, es recordar a aquel López Vázquez haciéndole muecas a Gracita Morales que le ayudaba a escaquearse: "El señorito no está en caaaaasa". Pero es también traer a la memoria al actor poderosamente dramático, angustiado y angustioso de la claustrofóbica "La cabina", o aquella Adela Castro de la barba en flor de "Mi querida señorita".
.... José Luis López Vázquez pisó el escenario de la vida en el madrileño barrio de las Delicias, allá por 1922. Mozalbete aún, fue primero dibujante y diseñador de vestuario. Su sueño era entonces ser pintor, pero como explicaba hace años a ABC, "me daba un miedo atroz, aunque maestros como Pepe Caballero me animaban" .Ya entonces, años cuarenta, tiempos de gasógeno y cartillas de racionamiento, a López Vázquez le tentaba el cine, aquel cine hecho con cuatro perras y hecho, en demasiadas ocasiones, a sus órdenes. Finalmente se hizo actor, "para no llevarme mal con nadie; sólo tenía que entenderme con el director y aprenderme los guiones". Y vaya que sí lo fue: más de doscientas películas y docenas de obras de teatro por toda España.
.... Por partida doble
.... El debut fue por partida doble: en 1946. En escena, en el Teatro María Guerrero, con "El anticuario", de Suárez de Deza y Luis Escobar. En el cine, con "María Fernanda la Jerezana", de Enrique Herreros. Lo que vino después está grabado en nuestras retinas. Y en la cámara de Luis García Berlanga, sobre todo, con quien rodó: "Esa pareja feliz", "Los jueves milagro", "Plácido", "El verdugo", primeros grandes pasos de una consagración cinematográfica que había llegado en 1958, con "El pisito" de Marco Ferreri. Paralelamente, Lopez Vázquez se convertía en el señorito por antonomasia, sorbiendo la sopa boba que tan bien le servía Gracita Morales. Ellos solos se bastaban para sostener películas como "En un lugar de La Manga", "Sor Citröen", "Cómo está el servicio".. Llegaban los sesenta y España ya no quería que Europa empezara en los Pirineos. Había que abrir puertas y ventanas, llenar piscinas y playas, y puestos a airearnos, qué mejor que el aire de las suecas y de las alemanas, a las que aunque le sacaran una cabeza López Vázquez no dudaba en tentarles los machos. Tiempos de destape, de comedias para casi todos los gustos, retrato de un país que intentaba cambiar de plano y colar por debajo de la rendija de la censura el destape y la apertura. Las caras de López Vázquez ante una teutona valen por cualquier sesudo estudio de sociología en: "Lo verde empieza en los Pirineos", "No es bueno que el hombre esté solo", "Niñas... al salón".
.... Pero José Luis López Vázquez no fue nunca un actor acomodaticio. Le encantaba, sin duda, la comedia ("Me gusta por encima de todo. El drama es más fácil: te pones serio, te colocan una luz cenital y ya está"), pero cuando otros papeles y otro tipo de cine llamaron a su puerta la abrió de par en par, casi sin observar por la mirilla. Llegó Carlos Saura con "Peppermint Frappé", "La prima Angélica", y Jaime de Armiñán con "Mi querida señorita", con las que el prestigio de López Vázquez creció en un rol que ya no era el de aquel españolito calvo y reprimido. Incluso, en 1972, sonaron para él las campanas de Hollywood cuando Georges Cukor le llamó para trabajar en "Viajes con mi tía". Cukor incluso le tentó con un futuro en La Meca del Cine, pero como comentaría el actor, "me pilló cincuentón y sin facilidad para los idiomas".
.... Entre plató y escenario, al actor aún le quedaba tiempo y recursos para la televisión. Aunque no existiesen todavía, con Antonio Mercero rompió todos los shares en "La cabina" y más adelante con "Este señor de negro", como bastante tiempo después hizo con "Los ladrones van a la oficina". Al tiempo no había abandonado el teatro, en cuyos escenarios interpretó montajes rompedores en su época como "Equus" (Peter Shaffer), "Vade Retro" (Fermín Cabal), "La muerte de un viajante" (Arthur Miller), y la más reciente, "Tres hombres y un destino", con dos compañeros de toda la vida, Manuel Alexandre y el ya también desaparecido Agustín González.
.... Una carrera de medalla
.... A lo largo de su carrera López Vázquez fue distinguido con numerosos premios y galardones como la Medalla de Oro de Bellas Artes, la Espiga de Oro de la Seminci vallisoletana, el Nacional de Teatro, el Goya de Honor y la Medalla al Mérito en el Trabajo.
.... Hoy el actor volverá a su primera casa, las tablas de su estreno como actor profesional hace más de sesenta años, el madrileño Teatro María Guerrero, donde a las 3 de la tarde se instalará la capilla ardiente. De ahí, al escenario del cielo, y cuando le pregunte San Pedro, "¿profesión?", al personalísimo e intransferible cómico, volverá a salirle de dentro su mejor vis cómica: "Fernando Galindo, ¡un admirador, un amigo, un esclavo, un sieeeervo!".
.... Adios a uno de los más grandes / Manuel de La Fuente / ABC / Martes, 3.XI.2009
.... Suena : Granada / Suite Española / Isaac Albéniz / 1886
.... Recordarle es repasar también la historia de los últimos sesenta años de vida española y es tirar del archivo de nuestros recuerdos y nuestras sonrisas, es recordar a aquel López Vázquez haciéndole muecas a Gracita Morales que le ayudaba a escaquearse: "El señorito no está en caaaaasa". Pero es también traer a la memoria al actor poderosamente dramático, angustiado y angustioso de la claustrofóbica "La cabina", o aquella Adela Castro de la barba en flor de "Mi querida señorita".
.... José Luis López Vázquez pisó el escenario de la vida en el madrileño barrio de las Delicias, allá por 1922. Mozalbete aún, fue primero dibujante y diseñador de vestuario. Su sueño era entonces ser pintor, pero como explicaba hace años a ABC, "me daba un miedo atroz, aunque maestros como Pepe Caballero me animaban" .Ya entonces, años cuarenta, tiempos de gasógeno y cartillas de racionamiento, a López Vázquez le tentaba el cine, aquel cine hecho con cuatro perras y hecho, en demasiadas ocasiones, a sus órdenes. Finalmente se hizo actor, "para no llevarme mal con nadie; sólo tenía que entenderme con el director y aprenderme los guiones". Y vaya que sí lo fue: más de doscientas películas y docenas de obras de teatro por toda España.
.... Por partida doble
.... El debut fue por partida doble: en 1946. En escena, en el Teatro María Guerrero, con "El anticuario", de Suárez de Deza y Luis Escobar. En el cine, con "María Fernanda la Jerezana", de Enrique Herreros. Lo que vino después está grabado en nuestras retinas. Y en la cámara de Luis García Berlanga, sobre todo, con quien rodó: "Esa pareja feliz", "Los jueves milagro", "Plácido", "El verdugo", primeros grandes pasos de una consagración cinematográfica que había llegado en 1958, con "El pisito" de Marco Ferreri. Paralelamente, Lopez Vázquez se convertía en el señorito por antonomasia, sorbiendo la sopa boba que tan bien le servía Gracita Morales. Ellos solos se bastaban para sostener películas como "En un lugar de La Manga", "Sor Citröen", "Cómo está el servicio".. Llegaban los sesenta y España ya no quería que Europa empezara en los Pirineos. Había que abrir puertas y ventanas, llenar piscinas y playas, y puestos a airearnos, qué mejor que el aire de las suecas y de las alemanas, a las que aunque le sacaran una cabeza López Vázquez no dudaba en tentarles los machos. Tiempos de destape, de comedias para casi todos los gustos, retrato de un país que intentaba cambiar de plano y colar por debajo de la rendija de la censura el destape y la apertura. Las caras de López Vázquez ante una teutona valen por cualquier sesudo estudio de sociología en: "Lo verde empieza en los Pirineos", "No es bueno que el hombre esté solo", "Niñas... al salón".
.... Pero José Luis López Vázquez no fue nunca un actor acomodaticio. Le encantaba, sin duda, la comedia ("Me gusta por encima de todo. El drama es más fácil: te pones serio, te colocan una luz cenital y ya está"), pero cuando otros papeles y otro tipo de cine llamaron a su puerta la abrió de par en par, casi sin observar por la mirilla. Llegó Carlos Saura con "Peppermint Frappé", "La prima Angélica", y Jaime de Armiñán con "Mi querida señorita", con las que el prestigio de López Vázquez creció en un rol que ya no era el de aquel españolito calvo y reprimido. Incluso, en 1972, sonaron para él las campanas de Hollywood cuando Georges Cukor le llamó para trabajar en "Viajes con mi tía". Cukor incluso le tentó con un futuro en La Meca del Cine, pero como comentaría el actor, "me pilló cincuentón y sin facilidad para los idiomas".
.... Entre plató y escenario, al actor aún le quedaba tiempo y recursos para la televisión. Aunque no existiesen todavía, con Antonio Mercero rompió todos los shares en "La cabina" y más adelante con "Este señor de negro", como bastante tiempo después hizo con "Los ladrones van a la oficina". Al tiempo no había abandonado el teatro, en cuyos escenarios interpretó montajes rompedores en su época como "Equus" (Peter Shaffer), "Vade Retro" (Fermín Cabal), "La muerte de un viajante" (Arthur Miller), y la más reciente, "Tres hombres y un destino", con dos compañeros de toda la vida, Manuel Alexandre y el ya también desaparecido Agustín González.
.... Una carrera de medalla
.... A lo largo de su carrera López Vázquez fue distinguido con numerosos premios y galardones como la Medalla de Oro de Bellas Artes, la Espiga de Oro de la Seminci vallisoletana, el Nacional de Teatro, el Goya de Honor y la Medalla al Mérito en el Trabajo.
.... Hoy el actor volverá a su primera casa, las tablas de su estreno como actor profesional hace más de sesenta años, el madrileño Teatro María Guerrero, donde a las 3 de la tarde se instalará la capilla ardiente. De ahí, al escenario del cielo, y cuando le pregunte San Pedro, "¿profesión?", al personalísimo e intransferible cómico, volverá a salirle de dentro su mejor vis cómica: "Fernando Galindo, ¡un admirador, un amigo, un esclavo, un sieeeervo!".
.... Adios a uno de los más grandes / Manuel de La Fuente / ABC / Martes, 3.XI.2009
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.... Suena : Granada / Suite Española / Isaac Albéniz / 1886
2 comentarios :
Ah, antes pinche directamente en la ultima entrada y no habia visto que tambien habia dejado usted un recuerdo para este gran actor.
No creo que hubiese una sola persona que no lo admirase o reconociera su talento. Es uno de esos pocos indiscutidos e indiscutibles, uno de los grandes de verdad.
He dicho "es", acabo de darme cuenta. Como cuesta a veces decir "era"!
Bisous, monsieur, feliz tarde
¡Vaya si cuesta, madame! ¡Vaya...!
No tengo idea de cómo era personalmente, pero desde luego como actor, a pesar de su aspecto físico y el tiempo que le tocó vivir, o quizás a causa de ello posiblemente, quién sabe, era, como decís vos, uno de los grandes, indiscutiblemente...
Descanse en paz...
Mil besos más...
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