LA ANTIGÜEDAD / El mundo prerromano
Relieve de Osuna
Escultura íbera / Caliza
Osuna / Sevilla / Siglo III a.C.
Museo Arqueológico Nacional
Madrid
...Soldado íbero en actitud de lucha, provisto de escudo céltico y falcata1
Mercenarios íberos
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Con el nombre de Iberia, por ejemplo, los antiguos [griegos] designaron todo el país, a partir del Rhodanós y del isthmo que comprenden los golfos galáticos; mientras que los de hoy día colocan su límite en el Pyréne, y dicen que las designaciones de Ibería e Hispania son sinónimas. Según otros, el nombre de Ibería no designó más que la región de la parte de acá del Íber, a cuyos habitantes, en un principio, llamaban iglétes y ocupaban una región pequeña, al decir de Asklepiádes el Myrleanós. Los rhomaioi han designado a la región entera indiferentemente con los nombres de Ibería e Hispanía, y a sus partes las han llamado ulterior y citerior, reservándose el modificarla aún si las circunstancias exigiesen una nueva división administrativa.
Estrabón, Geografía III, 4, 19
El caminar histórico de las tribus autóctonas en Levante, Cataluña, las tierras del Ebro y Andalucía, abiertas a los influjos externos, estimula, a partir del siglo V a.C., una comunión de rasgos culturales.
Bajo el paraguas de la cultura ibérica se guarecen una multitud de pueblos distintos, nacidos de variadas condiciones geográficas y sociales, y recordados en los textos clásicos por ofrecerse como mercenarios a las grandes potencias mediterráneas: griegos, cartagineses y romanos.
Los celtíberos suministran para la lucha no sólo excelentes jinetes, sino también infantes que destacan por su valor y capacidad de sufrimiento. Están vestidos por ásperas capas negras, cuya lana recuerda el fieltro. En cuanto a las armas, algunos de ellos llevan escudos ligeros similares a los de los celtas, y otros grandes escudos redondos del tamaño del aspis griego. En sus piernas y espinillas trenzan bandas de pelo y cubren sus cabezas con cascos broncíneos, adornados con rojas cimeras. Llevan también espadas de doble filo, forjadas con excelente acero, y puñales de una cuarta de largo para el combate cuerpo a cuerpo. Emplean una técnica particular en la fabricación de sus armas; entierran piezas de hierro, y las dejan oxidar durante un tiempo, aprovechando sólo el núcleo, de forma que obtienen, mediante nueva forja, espadas magníficas y otras armas. Un arma así fabricada corta cualquier cosa que se encuentre en su camino, por lo que no hay escudo, casco o cuerpo que se resiste a sus golpes, por la excepcional calidad del hierro. Son muy hábiles en luchar de dos modos diferentes: primero atacan a caballo y, en caso de ser rechazados, desmontan y atacan de nuevo como soldados de infantería. Según sus normas habituales son extrema- damente crueles con los criminales y enemigos, aunque con los forasteros son compa- sivos y honrados; los forasteros que vinieron a vivir entre ellos, todos los invitaron a parar en sus casas, rivalizando entre ellos para prodigarles hospitalidad, y los extran- jeros que fueron atendidos por éstos, los elogiaban y los consideraban amigos de los dioses… En cuanto a su alimentación, se sirven de toda clase de carnes, que abundan entre ellos, y como bebida poseen una combinación de vino y miel.
Diodoro de Sicilia / Biblioteca Histórica / Volumen V, 33-34
Los íberos / Pinchar sobre imágen para ver vídeo ....................
1.- Espada de hoja curva y con estrías longitudinales usada por los antiguos iberos
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Suena: Lira y flauta mesopotámicas / Ur / Iraq / 2500 a.C.
Relieve de Osuna
Escultura íbera / Caliza
Osuna / Sevilla / Siglo III a.C.
Museo Arqueológico Nacional
Madrid
...Soldado íbero en actitud de lucha, provisto de escudo céltico y falcata1
Mercenarios íberos
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Con el nombre de Iberia, por ejemplo, los antiguos [griegos] designaron todo el país, a partir del Rhodanós y del isthmo que comprenden los golfos galáticos; mientras que los de hoy día colocan su límite en el Pyréne, y dicen que las designaciones de Ibería e Hispania son sinónimas. Según otros, el nombre de Ibería no designó más que la región de la parte de acá del Íber, a cuyos habitantes, en un principio, llamaban iglétes y ocupaban una región pequeña, al decir de Asklepiádes el Myrleanós. Los rhomaioi han designado a la región entera indiferentemente con los nombres de Ibería e Hispanía, y a sus partes las han llamado ulterior y citerior, reservándose el modificarla aún si las circunstancias exigiesen una nueva división administrativa.
Estrabón, Geografía III, 4, 19
El caminar histórico de las tribus autóctonas en Levante, Cataluña, las tierras del Ebro y Andalucía, abiertas a los influjos externos, estimula, a partir del siglo V a.C., una comunión de rasgos culturales.
Bajo el paraguas de la cultura ibérica se guarecen una multitud de pueblos distintos, nacidos de variadas condiciones geográficas y sociales, y recordados en los textos clásicos por ofrecerse como mercenarios a las grandes potencias mediterráneas: griegos, cartagineses y romanos.
Los celtíberos suministran para la lucha no sólo excelentes jinetes, sino también infantes que destacan por su valor y capacidad de sufrimiento. Están vestidos por ásperas capas negras, cuya lana recuerda el fieltro. En cuanto a las armas, algunos de ellos llevan escudos ligeros similares a los de los celtas, y otros grandes escudos redondos del tamaño del aspis griego. En sus piernas y espinillas trenzan bandas de pelo y cubren sus cabezas con cascos broncíneos, adornados con rojas cimeras. Llevan también espadas de doble filo, forjadas con excelente acero, y puñales de una cuarta de largo para el combate cuerpo a cuerpo. Emplean una técnica particular en la fabricación de sus armas; entierran piezas de hierro, y las dejan oxidar durante un tiempo, aprovechando sólo el núcleo, de forma que obtienen, mediante nueva forja, espadas magníficas y otras armas. Un arma así fabricada corta cualquier cosa que se encuentre en su camino, por lo que no hay escudo, casco o cuerpo que se resiste a sus golpes, por la excepcional calidad del hierro. Son muy hábiles en luchar de dos modos diferentes: primero atacan a caballo y, en caso de ser rechazados, desmontan y atacan de nuevo como soldados de infantería. Según sus normas habituales son extrema- damente crueles con los criminales y enemigos, aunque con los forasteros son compa- sivos y honrados; los forasteros que vinieron a vivir entre ellos, todos los invitaron a parar en sus casas, rivalizando entre ellos para prodigarles hospitalidad, y los extran- jeros que fueron atendidos por éstos, los elogiaban y los consideraban amigos de los dioses… En cuanto a su alimentación, se sirven de toda clase de carnes, que abundan entre ellos, y como bebida poseen una combinación de vino y miel.
Diodoro de Sicilia / Biblioteca Histórica / Volumen V, 33-34
Los íberos / Pinchar sobre imágen para ver vídeo ....................
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Suena: Lira y flauta mesopotámicas / Ur / Iraq / 2500 a.C.