Miércoles, 30 de mayo de 2012
Aunque tengo la certeza de que, allá donde te encuentres, quién sabe si recorriendo de nuevo las calles de Caimito, el pequeño y hermoso pueblo de Cuba que te vio nacer y tanto añorabas, serás por fin libre y plenamente feliz..., tu inesperada partida me deja consternado y muy, muy triste, querido José Ramón...
Hasta siempre, amigo. Jamás te olvidaré...
HOY SUENA
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