Óleo sobre lienzo / 63,8 x 53,3 cm..
Colección particular / Reino Unido.
Una condena ejemplar
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No fue la defensa que Jesús hizo de la resurrección el factor que escandalizó a la opinión oficial, ya que se trataba de una creencia extendida, aunque tardíamente, eso sí, entre los fariseos. Lo que le acarreó la mayor animadversión por parte aquella fue la ambigüedad de sus juicios sobre el Templo.
Jesús afirmó que Dios vive en el corazón del hombre y no consideraba primordial el edificio de piedra en que se le venera. Comparó su propio cuerpo con el Templo y predijo su destrucción, lo cual demostraba su desapego por los ritos, similar al de algunos judíos de la Diáspora, totalmente helenizados. Así, la expulsión de los mercaderes de la explanada del Templo, hecho que supuso la alteración de el ritual de sacrificios, se consideró una provocación por parte de Jesús, lo cual sirvió de excusa al sumo sacerdote para enviarle su milicia con el objetivo de que procediera a su arresto.
Entró Jesús en el templo de Dios, y arrojó de allí a cuantos vendían y compraban en él, y derribó las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. Y les dijo: "Escrito está: 'Mi casa será llamada casa de oración', pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones".
Mateo, 21, 10-13
En cualquier caso, el verdadero catalizador de toda la oposición fue la acogida triunfal que Jesús recibió en Jerusalén durante la vigilia de Pascua.
Y Jesús, sabiendo que iban a venir para arrebatarle y hacerle rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.
Juan, 6, 15.
Había huido de la multitud entusiasta, refugiándose en Efrén. Pero esa misma muchedumbre fue a su encuentro a Betania, desde donde lo escoltó de nuevo hasta Jerusalén, ciudad en la entró, esta vez sí, como Mesias. Sin embargo, cuando todos esperaban una revolución, Jesús prosiguió con sus enseñanzas, para a continuación regresar a Betania, lo que provocó que el pueblo se sintiera profundamente decepcionado. A pesar de ello, de que aquel acontecimiento no parecíó tener repercusiones políticas, los notables, sin embargo, se alarmaron: a partir de ese momento Jesús sería considerado un elemento subversivo al que había que eliminar. La decepción y frustración de uno de sus discipulos, Judas Iscariote, resultarían decisivas.
Jesús afirmó que Dios vive en el corazón del hombre y no consideraba primordial el edificio de piedra en que se le venera. Comparó su propio cuerpo con el Templo y predijo su destrucción, lo cual demostraba su desapego por los ritos, similar al de algunos judíos de la Diáspora, totalmente helenizados. Así, la expulsión de los mercaderes de la explanada del Templo, hecho que supuso la alteración de el ritual de sacrificios, se consideró una provocación por parte de Jesús, lo cual sirvió de excusa al sumo sacerdote para enviarle su milicia con el objetivo de que procediera a su arresto.
Entró Jesús en el templo de Dios, y arrojó de allí a cuantos vendían y compraban en él, y derribó las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. Y les dijo: "Escrito está: 'Mi casa será llamada casa de oración', pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones".
Mateo, 21, 10-13
En cualquier caso, el verdadero catalizador de toda la oposición fue la acogida triunfal que Jesús recibió en Jerusalén durante la vigilia de Pascua.
Y Jesús, sabiendo que iban a venir para arrebatarle y hacerle rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.
Juan, 6, 15.
Había huido de la multitud entusiasta, refugiándose en Efrén. Pero esa misma muchedumbre fue a su encuentro a Betania, desde donde lo escoltó de nuevo hasta Jerusalén, ciudad en la entró, esta vez sí, como Mesias. Sin embargo, cuando todos esperaban una revolución, Jesús prosiguió con sus enseñanzas, para a continuación regresar a Betania, lo que provocó que el pueblo se sintiera profundamente decepcionado. A pesar de ello, de que aquel acontecimiento no parecíó tener repercusiones políticas, los notables, sin embargo, se alarmaron: a partir de ese momento Jesús sería considerado un elemento subversivo al que había que eliminar. La decepción y frustración de uno de sus discipulos, Judas Iscariote, resultarían decisivas.
Judas, el que había de traicionarle, conocía también el sitio, porque Jesús y sus discípulos a menudo se reunían allí. (...) Judas, pues, habiéndose puesto en cabeza de la cohorte, y de los alguaciles enviados por los sumos sacerdotes y por los fariseos, vino allí con linternas, antorchas y armas. (...) La cohorte, pues, el tribuno y los alguaciles de los judíos prendieron entonces a Jesús y le ataron.
Juan, 18, 2, 3 y 12
Jesús, tras ser arrestado, compareció ante el consejo de los judíos, el sanedrín, convocado para la ocasión por Caifás. No se trataba de un proceso, pues el sanedrín no tenía a esas alturas competencia jurídica, sino de un interrogatorio para obtener la confesión de blasfemia. En el proceso romano ante el procurador Poncio Pilato, el único que podía dictar la pena capital, por el contrario, la acusación se basó en los cargos de agitación y subversión, prácticamente los únicos delitos que contaban para la legislación romana, que no contemplaba ni los de opinión, ni los religiosos.
Entró Pilatos, de nuevo en el pretorio y, llamando a Jesús, le dijo: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Respondió Jesús: "¿Eres tú quien dice eso, o te lo han dicho otros de mí?" (...) Le dijo entonces Pilatos: "¿Luego tú eres rey?" Jesús respondió: "Tú lo has dicho, soy rey".
Juan, 18, 33-34 y 37.
Los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilatos: "No escribas: 'Rey de los Judíos', sino: 'Él dijo: Soy Rey de los Judíos' ".
Juan, 19, 21
A Jesús se le condenó y ejecutó como "rey de los judios", es decir, por aspirar al trono, se le consideró culpable de lesa majestad. El hecho de asociarlo en el patíbulo a dos malhechores –"ladrones" según la tradición cristiana- o revolucionarios, incide aún más en el aspecto político de la cuestión.
(...) que te crucifiquen en el lugar donde te prendieron, con Dimas y Cystas, los dos ladrones a los que se apresó contigo.
Acta Pilati, IX
El modo de ejecución en la época era la crucifixión, utilizada por los romanos como castigo ejemplar en las revueltas populares y en las de esclavos. Jesús, como todos los condenados, hubo de cargar con el madero transversal de su propia cruz hasta el lugar de la ejecución, así como con un rótulo que indicaba en tres lenguas, latín, griego y hebreo -o arameo posiblemente-, el motivo de su condena. Se le anestesió con vino antes de clavarlo a la cruz. No tardó en morir.
Hacia la hora nona exclamó Jesús con voz fuerte: "Eli, Eli, lama sabachtani...", es decir: "¡Dios mío. Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?..." (...) Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, expiró.
Mateo 26, 45-50 / Marcos, 15, 33-37
Se le dio sepultura al atardecer. Ocurrió un viernes, el 7 de abril del año 30, vigilia del sabbat pascual.
Entró Pilatos, de nuevo en el pretorio y, llamando a Jesús, le dijo: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Respondió Jesús: "¿Eres tú quien dice eso, o te lo han dicho otros de mí?" (...) Le dijo entonces Pilatos: "¿Luego tú eres rey?" Jesús respondió: "Tú lo has dicho, soy rey".
Juan, 18, 33-34 y 37.
Los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilatos: "No escribas: 'Rey de los Judíos', sino: 'Él dijo: Soy Rey de los Judíos' ".
Juan, 19, 21
A Jesús se le condenó y ejecutó como "rey de los judios", es decir, por aspirar al trono, se le consideró culpable de lesa majestad. El hecho de asociarlo en el patíbulo a dos malhechores –"ladrones" según la tradición cristiana- o revolucionarios, incide aún más en el aspecto político de la cuestión.
(...) que te crucifiquen en el lugar donde te prendieron, con Dimas y Cystas, los dos ladrones a los que se apresó contigo.
Acta Pilati, IX
Óleo sobre lienzo / 148 x 169 cm..
El modo de ejecución en la época era la crucifixión, utilizada por los romanos como castigo ejemplar en las revueltas populares y en las de esclavos. Jesús, como todos los condenados, hubo de cargar con el madero transversal de su propia cruz hasta el lugar de la ejecución, así como con un rótulo que indicaba en tres lenguas, latín, griego y hebreo -o arameo posiblemente-, el motivo de su condena. Se le anestesió con vino antes de clavarlo a la cruz. No tardó en morir.
Hacia la hora nona exclamó Jesús con voz fuerte: "Eli, Eli, lama sabachtani...", es decir: "¡Dios mío. Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?..." (...) Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, expiró.
Mateo 26, 45-50 / Marcos, 15, 33-37
Se le dio sepultura al atardecer. Ocurrió un viernes, el 7 de abril del año 30, vigilia del sabbat pascual.
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La tradición sostiene que el Santo Sudario que se atesora en la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo fue el paño que, según los Evangelios, cubrió el rostro de Cristo después de haber expirado, mientras permaneció en la Cruz y hasta que fue trasladado al Santo Sepulcro.
Esta venerada pieza de tela habría llegado a la Península procedente de Jerusalén, donde habría permanecido custodiado junto a otras reliquias en un arca de cedro por la comunidad cristiana hasta que ésta se vió obligada, en 614 d.C. y ante el avance del ejército de Cosroes II, a abandonar la ciudad. El Santo Sudario viajó en un primer momento a Alejandría de la mano del presbítero Filipo, pero la presión persa propició que sus guardianes buscaran asilo, y con ellos el preciado tesoro que custodiaban, lejos de allí, al otro lado del Mediterráneo, en Hispania. Según el Corpus Pelagianum y el Manuscrito de Valenciennes, entraron en la Península por Cartagena -Murcia- y fueron acogidos por el Obispo de Écija, San Fulgencio, quien depositó el Santo Sudario en manos de su hermano, San Leandro, obispo de Sevilla, ciudad en la que permaneció el hasta que San Ildefonso, que había sido instruido por San Isidoro, hermano asímismo de aquellos y titular en la Sede Hispalense, lo trasladó a Toledo al ser nombrado obispo de su diócesis en 657 d.C. Allí radicó hasta que en 711 d.C. la Invasión Árabe obligó a evacuar el Arca Santa hacia el norte de la Península, hacia los únicos reductos de la misma que no fueron ocupados por los musulmanes, hasta Asturias, donde permanece desde entonces. En Oviedo, capital del Principado, Alfonso II el Casto erigió la Cámara Santa a principios del siglo IX, que hoy forma parte del conjunto catedralicio de la ciudad, donde se atesora y venera.
El Santo Sudario es una pieza rectangular de tela de lino, de 83 x 53 centímetros, que presenta diferentes manchas de sangre y otros fluídos corporales, entre los que se han detectado restos de ADN mitocondrial -que se hereda exclusivamente de la madre-, y que ha suscitado en las últimas décadas un fuerte interés por parte de la comunidad científica internacional. Ésta viene realizando a través del Centro Español de Sindonología, fundamentalmente, formado por reputadas personalidades, expertas en sus respectivos campos, de diversa procedencia y variado pensamiento, un exhaustivo estudio de la misma, del que se han deducido, entre otras, las siguientes conclusiones:
Esta venerada pieza de tela habría llegado a la Península procedente de Jerusalén, donde habría permanecido custodiado junto a otras reliquias en un arca de cedro por la comunidad cristiana hasta que ésta se vió obligada, en 614 d.C. y ante el avance del ejército de Cosroes II, a abandonar la ciudad. El Santo Sudario viajó en un primer momento a Alejandría de la mano del presbítero Filipo, pero la presión persa propició que sus guardianes buscaran asilo, y con ellos el preciado tesoro que custodiaban, lejos de allí, al otro lado del Mediterráneo, en Hispania. Según el Corpus Pelagianum y el Manuscrito de Valenciennes, entraron en la Península por Cartagena -Murcia- y fueron acogidos por el Obispo de Écija, San Fulgencio, quien depositó el Santo Sudario en manos de su hermano, San Leandro, obispo de Sevilla, ciudad en la que permaneció el hasta que San Ildefonso, que había sido instruido por San Isidoro, hermano asímismo de aquellos y titular en la Sede Hispalense, lo trasladó a Toledo al ser nombrado obispo de su diócesis en 657 d.C. Allí radicó hasta que en 711 d.C. la Invasión Árabe obligó a evacuar el Arca Santa hacia el norte de la Península, hacia los únicos reductos de la misma que no fueron ocupados por los musulmanes, hasta Asturias, donde permanece desde entonces. En Oviedo, capital del Principado, Alfonso II el Casto erigió la Cámara Santa a principios del siglo IX, que hoy forma parte del conjunto catedralicio de la ciudad, donde se atesora y venera.
El Santo Sudario es una pieza rectangular de tela de lino, de 83 x 53 centímetros, que presenta diferentes manchas de sangre y otros fluídos corporales, entre los que se han detectado restos de ADN mitocondrial -que se hereda exclusivamente de la madre-, y que ha suscitado en las últimas décadas un fuerte interés por parte de la comunidad científica internacional. Ésta viene realizando a través del Centro Español de Sindonología, fundamentalmente, formado por reputadas personalidades, expertas en sus respectivos campos, de diversa procedencia y variado pensamiento, un exhaustivo estudio de la misma, del que se han deducido, entre otras, las siguientes conclusiones:
1.- El Santo Sudario es una reliquia que se venera en la Catedral de San Salvador de Oviedo desde muy antiguo, que muestra una serie de manchas originadas por sangre humana, del grupo AB, muy común entre la población hebrea.
2.- El lienzo está, arrugado, parcialmente roto, quemado, manchado y muestra un elevado nivel de contaminación, pues ha estado expuesto, al menos desde la Edad Media, al contacto físico de los devotos, el humo de velas, etc., e incluso en octubre de 1934 hubo que ser rescatado de entre los escombros de la Cámara Santa, que había sido dinamitada en el contexto de la revolución que tuvo lugar aquel año, pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
3.- Se trata de un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituído y muerto de forma violenta, hecho que remite a la tradición judía de cubrir el rostro de quienes fallecen en dichas circunstancias.
4.- Del estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario se desprende que éstas existen en ambas caras del lienzo -por haberse filtrado-, dos de las cuales son de gran tamaño, prácticamente simétricas y se produjeron al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
5.- El hombre cuya cabeza envolvió el Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca a modo de coleta.
6.- En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, las cuales habían sangrado alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre las mismas.
7.- Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
8.- Dicho sujeto ya era cadáver en el momento en que le fue cubierto el rostro con esta pieza de tela. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
9.- El hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Las manchas que aparecen en el lienzo fueron originadas precisamente por la salida de líquido serohemático por su nariz y su boca en momentos distintos y consecutivos.
10.- Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical en torno a una hora, durante la cual mantuvo, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70º hacia adelante y 20º a la derecha en relación a la vertical.
11.- Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos, fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20º a la derecha y colocando ésta a 115º respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
12.- Posteriormente el cadáver fue movilizado, al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones, trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
13.- Por último, antes de retirársele el paño del rostro, fue colocado en decúbito supino.
14.- Existe compatibilidad evangélica entre la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario. San Juan habla, en el capítulo 20, versículos 4 al 7, de su Evangelio, de "lienzos" por una parte y de "sudario" por otra:
"Corrían los dos a la vez, pero el otro discípulo, corriendo más rápido que Pedro, se le adelantó y llegó primero al sepulcro. Inclinándose, ve los lienzos tendidos, pero no entró. Llega luego Simón Pedro, detrás de él, y entró en el sepulcro y ve los lienzos tendidos, y el sudario, que estaba sobre su cabeza, no con los lienzos tendido sino aparte, enrollado en un lugar"
15.- Del estudio anatómico y geométrico se deduce un alto grado de compatibilidad entre las manchas del Santo Sudario y el rostro impreso en la Sábana Santa.
16.- Los hilos que conforman el tejido de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo tienen idéntica composición, esto es, están realizados en lino puro, con el mismo grosor de fibras. Ambas prendas fueron hiladas a mano con torcedura en "Z", pero a modo de sarga en espiga en el caso de la Sábana y de trama ortogonal -tafetán- en el del Sudario.
17.- Se ha confirmado la presencia en el Sudario de aromas: mirra y una especie de áloe.
18.- Se encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Sábana Santa de Turín -dos de ellas características de Palestina: pistacia palestina y tamarix palestina-. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África -que no existen en la Sábana Santa- y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y del resto de Europa -muy abundantes en el lienzo de Turín-, lo que explicaría y corroboraría los distintos itinerarios seguidos por ambas reliquias hasta arribar a sus actuales localizaciones.
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El Santo Sudario de Oviedo I
El Santo Sudario de Oviedo II
El Santo Sudario de Oviedo III
El Santo Sudario de Oviedo IV
El Santo Sudario de Oviedo V
El Santo Sudario de Oviedo VI
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2.- El lienzo está, arrugado, parcialmente roto, quemado, manchado y muestra un elevado nivel de contaminación, pues ha estado expuesto, al menos desde la Edad Media, al contacto físico de los devotos, el humo de velas, etc., e incluso en octubre de 1934 hubo que ser rescatado de entre los escombros de la Cámara Santa, que había sido dinamitada en el contexto de la revolución que tuvo lugar aquel año, pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
3.- Se trata de un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituído y muerto de forma violenta, hecho que remite a la tradición judía de cubrir el rostro de quienes fallecen en dichas circunstancias.
4.- Del estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario se desprende que éstas existen en ambas caras del lienzo -por haberse filtrado-, dos de las cuales son de gran tamaño, prácticamente simétricas y se produjeron al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
5.- El hombre cuya cabeza envolvió el Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca a modo de coleta.
6.- En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, las cuales habían sangrado alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre las mismas.
7.- Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
8.- Dicho sujeto ya era cadáver en el momento en que le fue cubierto el rostro con esta pieza de tela. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
9.- El hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Las manchas que aparecen en el lienzo fueron originadas precisamente por la salida de líquido serohemático por su nariz y su boca en momentos distintos y consecutivos.
10.- Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical en torno a una hora, durante la cual mantuvo, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70º hacia adelante y 20º a la derecha en relación a la vertical.
11.- Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos, fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20º a la derecha y colocando ésta a 115º respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
12.- Posteriormente el cadáver fue movilizado, al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones, trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
13.- Por último, antes de retirársele el paño del rostro, fue colocado en decúbito supino.
14.- Existe compatibilidad evangélica entre la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario. San Juan habla, en el capítulo 20, versículos 4 al 7, de su Evangelio, de "lienzos" por una parte y de "sudario" por otra:
"Corrían los dos a la vez, pero el otro discípulo, corriendo más rápido que Pedro, se le adelantó y llegó primero al sepulcro. Inclinándose, ve los lienzos tendidos, pero no entró. Llega luego Simón Pedro, detrás de él, y entró en el sepulcro y ve los lienzos tendidos, y el sudario, que estaba sobre su cabeza, no con los lienzos tendido sino aparte, enrollado en un lugar"
15.- Del estudio anatómico y geométrico se deduce un alto grado de compatibilidad entre las manchas del Santo Sudario y el rostro impreso en la Sábana Santa.
16.- Los hilos que conforman el tejido de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo tienen idéntica composición, esto es, están realizados en lino puro, con el mismo grosor de fibras. Ambas prendas fueron hiladas a mano con torcedura en "Z", pero a modo de sarga en espiga en el caso de la Sábana y de trama ortogonal -tafetán- en el del Sudario.
17.- Se ha confirmado la presencia en el Sudario de aromas: mirra y una especie de áloe.
18.- Se encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Sábana Santa de Turín -dos de ellas características de Palestina: pistacia palestina y tamarix palestina-. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África -que no existen en la Sábana Santa- y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y del resto de Europa -muy abundantes en el lienzo de Turín-, lo que explicaría y corroboraría los distintos itinerarios seguidos por ambas reliquias hasta arribar a sus actuales localizaciones.
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El Santo Sudario de Oviedo I
El Santo Sudario de Oviedo II
El Santo Sudario de Oviedo III
El Santo Sudario de Oviedo IV
El Santo Sudario de Oviedo V
El Santo Sudario de Oviedo VI
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De Jesús a Cristo
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La religión cristiana nació tres días después, cuando los discípulos de Jesús descubrieron su tumba vacía.
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Pasado el sábado, al alba del primer día de la semana, vino María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era su aspecto como el relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. El Angel se dirigió a las mujeres y les dijo: "Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho". Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "¡Dios os guarde!" Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán". Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos. Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones". Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy. Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
Mateo, 28, 1-17
En este acontecimiento precisamente se fundamenta, esto es, en la Resurrección de Jesús, el "primer nacido de entre los muertos", según los cuatro Evangelios, al que se reconoció entonces como el verdadero Mesias, "el ungido de Dios", el Cristo. Retrospectivamente se interpretaría su predicación como la revelación de la salvación. Uno de los gestos de Jesús, el reparto del pan, se convertiría en la señal de reconocimiento de la comunidad y en un rito de unión mística. De las apariciones de Jesús resucitado procede la vocación de los Apóstoles, llamados por Cristo para dar testimonio de su muerte y resurrección, y predicar por el mundo una religión salvadora.
Jesús se acercó a ellos y les habló así: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
Mateo, 28, 18-20
Mateo, 28, 1-17
En este acontecimiento precisamente se fundamenta, esto es, en la Resurrección de Jesús, el "primer nacido de entre los muertos", según los cuatro Evangelios, al que se reconoció entonces como el verdadero Mesias, "el ungido de Dios", el Cristo. Retrospectivamente se interpretaría su predicación como la revelación de la salvación. Uno de los gestos de Jesús, el reparto del pan, se convertiría en la señal de reconocimiento de la comunidad y en un rito de unión mística. De las apariciones de Jesús resucitado procede la vocación de los Apóstoles, llamados por Cristo para dar testimonio de su muerte y resurrección, y predicar por el mundo una religión salvadora.
Jesús se acercó a ellos y les habló así: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
Mateo, 28, 18-20
Óleo sobre lienzo / 123,2 x 132,7 cm..
¿Hablas de aquel al que Poncio Pilatos hizo crucificar?
Trajano a Ignacio de Antioquía / Actas del martirio de San Ignacio
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Et Resurrexit / Gran Misa / Johann Sebastian Bach / 1724-1748
Jesús de Nazaret / Franco Zeffirelli / 1977 / Safe / Relentless / Natalie Grant
Jesu, Joy of Man´s Desiring / Johann Sebastian Bach / Celtic Woman
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Suena: Herz und Mund und Tat und Leben / El corazón y la boca, y los hechos y la vida
........... .......... Jesu bleibet meine freude / Jesús sigue siendo mi alegría / David Qualey..
........... .......... Johann Sebastian Bach / 1721
Monsieur, le felicito por esta entrada. Me ha parecido interesantisimo el estudio tan detallado que hace sobre el santo sudario y su relacion con la sabana de Turin. Con su permiso, me gustaría quedarmelo, y pasarselo tambien a Guiomar, a quien sin duda apasionará este tema.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, monsieur
Bisous
Muchas gracias, madame. Me alegra mucho que la entrada haya sido de vuestro agrado...
ResponderEliminarComo dije hace unas horas a Milady Balehead, estáis en vuestra casa, de modo que podéis hacer uso de ella como os plazca y en todos y cada uno de los momentos en que estiméis oportuno hacerlo, sin necesidad siquiera de ponerlo en mi conocimiento. En cualquier caso, no dejéis de visionar el documental que adjunto, pues en él los propios cientificos, forenses y demás investigadores que vienen interviniendo en el estudio del Santo Sudario de Oviedo lo explican mucho mejor...
En un rato estoy con vos, madame. Espero que estéis teniendo una muy feliz jornada y, por supuesto, que la migraña haya desaparecido completamente a estas alturas.
Mil besos, mil
Muchas gracias, monsieur.
ResponderEliminarSí, hoy no me duele la cabeza, por suerte. A veces es asi, simplemente un dia. Otras, en cambio, me da la lata durante varios días, aunque no todos con la misma intensidad.
Disfrute de su noche de viernes, monsieur
Bisous
Magnífica la continuación de tu completísimo estudio, y especialmente interesante por lo que a Madame Diana y a mí nos toca... y es que Oviedo atesora tantas reliquias y tantas leyendas en los objetos de la Cámara Santa de su Catedral que darían para un blog dedicado en exclusiva para él.
ResponderEliminarY sin desmerecer a Murillo, Velázquez o Bach, te felicito por el enorme acierto de escoger tan maravillosas imágenes e ilustrarlas con esta bellísima música.
Hale!!! esta entrada también me la quedo ;D
Un besazo enoormee!!!!
disfruta de la noche del viernes!!
Vane.
Hola Jose.
ResponderEliminarTe felicito por estas dos últimas entradas que sigo desde mi habitación, bajo la amarillenta luz de un flexo...en silencio, casi en oración. Y te felicito además por esto que, tan raro parece en nuestra sociedad actual: poner valientemente y de manera pública a "Jesucristo en la Historia del Hombre"....independientemente de cuáles sean las creencias religiosas de cada uno. En unos años la SGAE seguro que no te dejaría je je.
Lo cierto es que tengo la sensación de que aquellos fariseos celosos de su status, aquellos mercaderes, aquellos intereses políticos siguen viviendo en nuestras calles, mientras de lejos... sigue oyéndose bajito, pero incesantemente una voz que dice: "Dad misericordia que no quiero sacrificios"...pero casi nadie la escucha. Y quien la escucha apenas la pregona.
Y yo me pregunto ¿es tan complicado entender el mensaje de Jesús?...seguro que debe serlo...la entrega a los demás es mucho más costoso que comprar por 5 € una botella de agua de la eterna juventud.
Cada semana pasan bajo mi terraza cientos de peregrinos, unos recién bajados de autobuses, otros, después de caminar o pedalear varios días. Muchos de ellos, seguramente, jamás volverán a Caravaca de la Cruz...¿qué esperan encontrar aquí o en cualquier otro lugar de peregrinación?; ¿fé, tradición, magia, arte...la Verdad?...no sé...pero confío en que algunos de estos fieles vuelvan después a sus casas con la convicción de haber descubierto un poco más a Dios en sus corazones.
Hoy he leído en tu entrada unas palabras que debemos "actualizar" a los nuevos tiempos. Supongo que la traducción en el argot deportivo (que ya sabes que es el que manejo je, je) sería algo así como mmmmmmmmm....."que los lugares de culto no sean un fin, sino un medio para descubrir a Dios en nuestras vidas". Y como me dijo un desconocido hace 11 años en la plaza del Obradoiro en Compostela después de 15 días de marcha: "joven, el camino no acaba hoy...hoy es cuando comienzas el camino en tu vida".
UN ABRAZO.
JOSÉ LUIS
Gracias a vos, madame...
ResponderEliminarTened un muy feliz y soleado fin de semana..., como os he dicho hace ten sólo unos instantes...
Mil besos...
Pues como dije a Madame Minuet ayer, creo, y a ti antes que a ella, puedes quedarte con absolutamente todo lo que encuentres interesante, Vane, sin necesidad de hacérmelo constar, ya lo sabes...
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado esta segunda parte. Ése es el mejor de los premios que puedo recibir por tu parte, así como, obviamente, por parte de todos los que tenéis la amabilidad de visitarme y tener la paciencia de leer estas entradas tan larguísimas...
En fin, niña, los asturianos sois unos privilegiados, no lo dudes... Por extensión todos los españoles lo somos... A mí desde luego así me lo parece... ;)
Que tengas una maravilloso y soleadísimo fin de semana, preciosa...
Un beso enorme.
¡Dios mío, José Luis has mencionado a "la bicha"...!¡Estamos perdidos! Jajaja...
ResponderEliminar¡Que se atreva la SGAE, que si no con la Iglesia exáctamente, no sabe con quién ha dado...! :P
En fin, por supuesto que no es fácil... Seguir a Jesucristo con todas las consecuencias, como tengo constancia hacen algunas personas que tengo la suerte de conocer, no es fácil en absoluto..., ni mucho menos grato, pues lleva implícito el deber de conjugar ora sí, ora también..., el verbo renunciar..., algo a lo que no estamos ni mucho menos dispuestos... Dos mil años después de su venida al mundo, éste ha variado muy poco... Si, tenemos muchos teléfonos móviles, PCs, ipods, y una nube de satélites flotando en el espacio, pero en lo sustancial continuamos siendo tan cretinos como entonces...; como decía uno de mis profesores de Construcción, continuamos poniendo los ladrillos del mismo modo que los romanos..., así es que... Está todo por hacer, sí...
En fin, entre esos peregrinos que llegan a Caravaca, supongo, habrá de todo... Los habrá que van a pasar el día y los habrá que acudan con toda la fe del mundo; e incluso los habrá que vayan por ambas cosas a la vez... En cualquier caso el hombre, desde que es tal -y eso es lo que lo ha distinguido precisamente del resto de las especies que pueblan el planeta-, desde siempre..., se ha hecho preguntas, preguntas fundamentales, esto es... Supongo que un poco de ello debe haber... Supongo que encontrar las respuestas a aquellas preguntas moviliza las conciencias, bueno, y los pies, claro..., jejeje...
En fin, gracias, por la felicitación, aunque la verdad, creo que no la merezco... Qué menos se merece el protagonista de la entrada, dada su magnitud... No, yo no he hecho nada...
Sí, ésta no es más que una etapa... El camino no acaba aquí, no... Hemos de ser fuertes y valientes para afrontarlo sin desfallecer, sin sentir vergüenza... No será fácil pero alcanzar la meta bien merece el esfuerzo...
Que tengas un gran fin de semana, Jose... Aprovecha, como te he dicho hace un rato, para salir de casa, ahora que las lluvias nos estan dando un pequño respiro...
Un fuerte abrazo.
Hola José:
ResponderEliminarAl igual que la Madame Minuet, me ha impresionado mucho el detalle sobre el santo sudario y en general su detallado escrito sobre Jesucristo.
Mañana lunes actualizaré mi blog con con una entrada sobre un interesante debate entre la ciencia y la religión. Me gustaría si tiene tiempo pase por allá. Aprecio mucho sus aportes.
Saludos
Buenos días, Manuel.
ResponderEliminarBueno, espero que la impresión haya sido buena... En cualquier caso, tan sólo me he limitado a recopilar la información y plasmarla en mi espacio.
Gracias por apreciar mi opinión. No le quepa duda de que pasaré por su blog para ver qué nos cuenta en su nueva entrada. Pero habrá de ser en unas horas. En estos momentos he de cumplir religiosamente con las ciencias físicas, esas que permiten sostener suspendidos sobre nuestras cabezas sin que se precipiten sobre las mismas los techos que las cubren.
Feliz jornada.
Entradas, amigo Jose, que dan mucho que pensar. Al fin y al cabo para éso están los blogs: para divertir, dar a conocer las habilidades de uno, las caracterísitcas de su pueblo o para pensar y extraer consecuencias.
ResponderEliminarLa cuestión del Santo Sudario y la Sábana Santa dan quebraderos de cabeza a los investigadores. Es muy gracioso que dependiendo las páginas que visites o los libros que leas cada uno da su versión acerca de estas dos reliquias del pasado.
Para unos una patraña y una falsificación, para otros un milagro. Todo depende del cristal con que se mire.
Un besito
Y murió por todos nosotros. Suerte.
ResponderEliminarPues sí, Carmen, así es... O al menos a priori... Porque claro..., no a todas las páginas que se visitan ni a todos los libros que se leen les asiste la misma credibilidad... Y no hablo de mi espacio, claro está, humilde como pocos... En cualquier caso, ya digo, lo que hoy se cuenta en la entrada respecto al Santo Sudario está avalado, como ya decía en la misma, por gentes muy reputadas de muy distintas procedencias, adscritas a distintas disciplinas y con ideologías diversas -a veces enfrentadas a la fe- ;en cualquier caso, del mundo de la ciencia y de la universidad, de la de Valencia, Salamanca u Oviedo..., por poner unos ejemplos... No hay más que pinchar los enlaces de vídeo para comprobarlo, ver sus caras y sus nombres... En fin... En este punto pienso que no se trata de creer o no creer... Pero vamos, que cada cual se lo tome como buenamente estime...
ResponderEliminarEn cualquier caso, mi fe no se va a alterar un ápice, ya sean auténticas estas reliquias de las que hablamos, como así parecen indicarlo los estudios, o no...
Carmen, que tengas una muy feliz velada... Gracias por sacar un rato y pasar por ésta tu casa...
Un beso
Eso mismo opino yo, Basurero Usurero...
ResponderEliminarGracias por pasar y dejar constancia de ello.
Buenas noches. Un cordial saludo.
Hola José:
ResponderEliminarTe he dejado respuesta a tu comentario en mi blog.
No tienes porque disculparte por lo largo o corto. Las letras y palabras alimentan los blogs.
Saludos
Gracias, Manuel.
ResponderEliminarFeliz velada