lunes, 11 de enero de 2010

- LA ANTIGÜEDAD / Hispania
















Mármol pentélico / Altura: 82 cm.
Itálica / Sevilla / 135-140 d.C. .. .
Museo Arqueológico de Sevilla.....





Adriano, el sucesor

_____________________________________________________________________________

A los 41 años, Adriano había hecho una excelente carrera militar, siguiendo el ejemplo de Trajano, y una carrera política no menos brillante. Pero sus relaciones con el Senado no eran tan buenas como las que había mantenido su antecesor, pues intensificó el autoritarismo del poder. Se apoyó sobre todo en una administración fuertemente jerarquizada, confiada en parte a los caballeros y de la que fueron quedando excluidos los libertos, gracias a la cual pudo intervenir en todos los mecanismos del Estado. Los resultados fueron espectaculares: en 131 codificó el derecho en el Edicto Perpetuo: deseaba una justicia igual para todos y se interesó por la suerte de los esclavos, a los que defendía contra sus amos, y por la de las mujeres, cuya emancipación financiera preconizaba. Asímismo trató de mejorar la condición de los campesinos para obtener mejores rendimientos y permitió que los agricultores adquirieran derechos sobre las tierras baldías, a condición de que las cutivaran. De este modo prosiguió, aunque con mayor firmeza, la obra socioeconómica de Trajano.

Ni se molestará a los inocentes ni se permitirá a quienes informen con calumnias que puedan enriquecerse. Si nuestros súbditos en las provincias tienen pruebas que sustenten sus actuaciones contra los cristianos que resulten suficientes para ser llevadas ante un tribunal, no me opondré a que así sea. Pero tampoco permitiré que se actúe en base a acusaciones sin fundamento. Porque es mucho más justo que vos, si alguien desea formular una queja contra los cristianos, investiguéis de qué se les acusa. Y si se prueba que estas personas hacen algo ilegal, deberéis castigarlos según sea el delito; pero, por Hércules, deberéis igualmente administrar un severo castigo, conforme al atroz comportamiento de quien formule acusaciones contra los cristianos con el único fin de calumniarlos.


Durante su imperio, Roma se convirtió en una diosa cuya estatua se veneraba asociada a Venus en un templo de la Ciudad Eterna erigido sobre los restos de la Domus Aurea de Nerón. Para recordar que esta urbe seguía siendo la de Rómulo, Adriano restauró en el Palatino el lugar en que su mítico fundador contempló los doce buitres que le confiaron la misión de erigirla. Además ordenó contruir su mausoleo -conocido actualmente como el Castillo de Sant'Angelo- y reconstruir el Panteón -La Rotonda-, arruinado en tiempos de Trajano. Pero más que de la ciudad, disfrutaba de sus residencias en el campo, entre las que destaca, como no podía ser de otro modo, la paradigmática Villa Adrianea, en Tívoli.

Villa Adrianea / Tívoli. ...

.... Háblame de aquel verde y oloroso atardecer, cuando tendida junto a la ribera

.... viste elevarse de la barca dorada de Adriano la risa de Antinoo;
.... y cómo lamiste la corriente calmando tu sed y contemplaste con ardor y avidez
.... el cuerpo de marfil de aquel joven y singular esclavo, con una granada en los labios.

.... La esfinge / Oscar Wilde

Gracias a su administración pudo ausentarse de Roma y emprender un gran viaje por el Imperio, durante el cual inspeccionó las provincias y comprobó la eficacia de las defensas. Renunciando a la expansión militar y a las últimas conquistas de Trajano más allá del Éufrates, que resultaban demasiado difíciles de mantener, mandó evacuar dichos territorios. En cambio, reforzó el sistema de protección que crearan los Flavios, el limes: mandó añadirle el muro, esto es, la Muralla de Adriano, que separa Escocia de la parte de Inglaterra conquistada durante el imperio de Domiciano por el general romano Agrícola, suegro del historiador Tácito.

Muralla de Adriano / Reino Unido . ...

Al final de su vida, Adriano, recelando de una sucesión difícil, semejante a la de Augusto, adoptó a uno de sus sobrinos, el futuro Antonino Pío, con la condición de que éste adoptara a su vez a un joven de 17 años, llamado a relevarle al frente del Imperio, Marco Aurelio, pariente de Trajano y por tanto, como éste, también de origen hispano; y a un niño de 7 años, Lucio Vero. La elección de este último resulta tan extraña, que algunos historiadores suponen que se debió a que el niño era hijo ilegítimo del propio Adriano, quien fallecería en 138, momento en que sus relaciones con el Senado eran tan tensas, que su sucesor tendría que imponer su divinización.


.... Alma, vagabunda y cariñosa,
.... huésped y compañera del cuerpo,
.... ¿Dónde morarás ahora?
.... En lugares lívidos, severos y desnudos
.... y jamás volverás a animarme como solías.

.... Poema atribuído a Adriano, quien supuestamente lo compuso en su lecho de muerte
.... Historia Augusta / Inscripción Castillo de Sant'Angelo

_____________________________________________________________________________

Panteón / Artehistoria

Villa Adrianea

_____________________________________________________________________________

Suena: Recitativo y Aria de Farnaspe / Adriano en Siria

........... .......... Giovanni Battista Pergolesi / 1734

8 comentarios:

  1. Sí que es rara la eleccion de un niño de 7 años, sí. Demasiado, diría yo. Usted cree que pueda ser cierta la teoría de que era hijo suyo?

    Muy sensato el emperador exigiendo pruebas. Otros siglos llegarian menos escrupulosos a la hora de juzgar.

    Y que bello detalle por su parte convertir a Roma en una diosa que se veneraba asociada a Venus! Resulta exquisito, y da la impresion de hombre especialmente refinado.

    Buenas noches, monsieur

    Bisous

    ResponderEliminar
  2. ¡Vaya que sí, madame...! Realmente era un gran amante de las Artes, como demuestra esa gran lista de grandes obras que promovió y de entre las cuales he destacado quizás las más paradigmáticas y conocidas...

    En fin, no sé qué decirle en relación a aquel niño... Si los historiadores no se aclaran, no voy a ser yo quien les enmiende la plana... En cualquier caso, dadas las tendencias sexuales del Emperador, me extrañaría mucho que fuese suyo... Sería algo parecido a la excepción que confirma la regla... Pero se trata tan sólo de eso, de una opinión, la mía... : )

    En unos minutos paso por vuestros espacios. He visto tenéis para nosotros, vuestros fieles seguidores, nuevas entregas...

    Hasta entonces, tened una muy feliz velada... Y después también, claro...

    Mil besos mil...

    ResponderEliminar
  3. Hola José:
    Los grandes hombres generalmente tienen grandes decisiones....Aunque a veces no se entiendan en el inmediato....

    Del niño, quizás no hijo, pero si un familar cercano....(digo yo)

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Hola Jose:
    Estupendas estas dos últimas entradas que nos has dedicado sobre los emperadores hispanos.

    Es curiosa la afición por divinizarlo todo de Adriano: Roma, Antinoo, Rómulo....y quién sabe si alguien más je je. Resulta igualmente sorprendente que un emperador que defendiera tan firmemente los derechos de esclavos, mujeres y de los más necesitados viviera en tanta opulencia...porque de veras que la Villa Adriana es de todo menos recatada y sencilla, je....supongo que entonces, igual que ahora, se trataba de hacer política y de mantener contentos a todos...no sé.

    UN SALUDO JOSÉ

    JOSÉ LUIS

    ResponderEliminar
  5. Así es Manuel, o al menos opino lo mismo que tú... A mí desde luego no me gustaría estar en su pellejo en dichas circunstancias... Por eso ellos son grandes y yo tan pequeño... Sólo por eso tienen toda mi admiración.

    En cuanto al niño, a la espera de que alguien tenga a bien iluminarnos en lo que respecta a la relación que guardaba con el Emperador, como díría aquel..., lo más seguro es que cualquiera sabe...

    Buenas noches, Manuel.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. ¡Hombre, José Luis, qué bien tenerte de nuevo por casa! Ya sabes que es la tuya... Se te ha echado mucho de menos... Bienvenido de nuevo...

    En fin, pues sí, supongo que ésa era su peculiar manera de demostrar el amor, entre otras cosas... A mí, sin embargo, al contrario que a ti, no me sorprende nada que compaginase su humana preocupación por la sociedad que dirigía con un cierto gusto por el lujo, por decirlo de algún modo, pues al fin y al cabo se trataba de un hombre sensible, en el más amplio sentido de la expresión... A todos nos preocupan los problemas sociales que se dan en nuestro entorno y muchos incluso colaboramos con nuestro tiempo y en la medida de nuestras posibilidades para tratar de acabar con ellos, o al menos, aliviarnos; pero también nos gusta vivir bien, rodearnos de cosas bellas, viajar... Ese es mi caso, lo confieso... No, me parece que sencillamente su actitud era muy humana..., para bien o para mal... Además, su papel como emperador de la más grande potencia de la zona también obligaba... Piensa en la mentalidad de la gente de hace nada menos que dos milenios, prácticamente, y lo que opinarían de su lider si éste viviese en una VPO de la época... Es más, piensa en el respeto que le tendrían tanto a él como al resto de las instituciones del imperio... Y es que el hombre, por gracia o por desgracia funciona así: sólo respeta a aquel a quien teme o admira, o ambas cosas a la vez...

    José Luis..., a ver si esas opos, que espero marchen sobre ruedas y no te estén martirizando, te den un respiro y te permitan regalarnos pronto una nueva de tus estupendas entradas..., que también se echan de menos, como te decía al principio, como a tu persona, que diría el Monaguillo... ; )

    Buenas noches.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Adriano, Adriano. Otro de los mejores emperadores que tuvo la antigua Roma (y además los hispanos podemos presumir de él, jejej)

    Todo eran buenas intenciones en él: reformas sociales, afianzar el inmenso Imperio, leyes económicas más equitativas. Lástima que siempre que los emperadores siempre fueran clasificados según su buena o mala relación con el Senado. En este caso le tocoó tener malas relaciones.

    Quizás fuese por su procedencia hispánica, su reformismo o su firmeza. El caso es que siempre le pusieron trabas. La maledicencia de sus relaciones con Antínoo fue una de ellas, la que emponzoñó su viaje por el Imperio y sus últimos años de vida, ya sin su verdadero amor, según la filosofía griega que él tanto admiraba.

    Su sucesor Antonino Pío, para mí un mojigato, seguirá sus pasos, pero no su atractivo.

    Un beso Jose y enhorabuena por tus magníficas pinceladas de la trayectoria de estos emperadores romanos tan nuestros

    ResponderEliminar
  8. Pues presumamos, pues, Carmen, no desaprovechemos la ocasión para hacerlo, jejeje...

    En fin, muchas gracias por tus amables y posiblemente inmerecidas palabras... Viniendo de ti, que eres aquí quien verdaderamente sabe..., me saben especialmente bien... No sé si esta noche mi ego cabrá en la cama, no te digo más...

    :)

    Muchas gracias Carmen, muchas gracias...

    Que tengas dulces sueños.

    Un beso.

    ResponderEliminar