Festividad de la Inmaculada Concepción

Miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Monumento a la Inmaculada Concepción de los Jardínes del Triunfo de Granada, erigido a los pies del antiguo Hospital Real de la ciudad, hoy sede Rectorado de la Universidad, siguiendo las directrices que Alonso de Mena estableciera en 1626, está considerado el más antiguo de esta naturaleza de España

LA HISTORIA DE UN MUY DULCE Y ESPAÑOL DOGMA

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El 8 de diciembre los cristianos universales celebramos la fiesta de la Concepción Inmaculada de María, Madre de Jesús, Madre de la Iglesia y Patrona de España.

Bula Ineffabilis Deus

Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia Católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.

Fragmento

El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, definía en la bula Ineffabilis Deus a la Inmaculada Concepción de María como dogma de la fe católica, un misterio muy sentido y venerado secularmente por el pueblo español, y defendido, no en vano, por sus reyes, obispos y teólogos, artistas plásticos, poetas y literatos desde la Antigüedad.

Tres años más tarde, el 8 de diciembre en 1857, el Santo Padre visitaba la sede de la Embajada Española ante el Estado Pontificio -hoy, tras la desaparición de aquel, ante el Estado de la Ciudad del Vaticano-, frente a la cual había hecho erigir el Monumento a la Inmaculada que preside desde entonces, junto al barroco palacio que ocupa la citada legación -la más antigua del mundo-, la Plaza Mignanelli de la Ciudad Eterna -prolongación sur de la Plaza de España-, obra que se disponía a bendecir después de pronunciar las siguientes palabras:

Señor embajador, vengo con íntima satisfacción a visitar esta Embajada Española, y a bendecir el monumento de la Virgen Inmaculada en esta Plaza de España, y declaro que vuestra gloriosa nación tiene hoy muy merecido derecho a esta distinción, porque fue España, la nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María.

Monumento a la Inmaculada Concepción y Embajada España ante la Santa Sede en Roma

No eran exageradas, en absoluto, las palabras del Sumo Pontífice. Desde que el bisnieto de San Hermenegildo, el rey visigodo Ervigio, en sintonía con el pueblo, reconociera legalmente la festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, no han faltado los ejemplos de adhesión y defensa de este misterio en el solar Hispánico. Son los casos de Fernando III de Castilla y Jaime I de Aragón, que portaban el estandarte de la Inmaculada en todas sus batallas durante la Reconquista; de los Reyes Católicos, que enviaron nueve embajadas a Roma con la petición de declararlo dogma católico; o de Carlos III, quien proclama el 25 de diciembre de 1760, a petición de las Cortes y previa aprobación por parte del Papa Clemente XIII, Patrona de España a la que ya lo era, desde el 8 de diciembre de 1585 y a raíz del Milagro de Empel, de los Tercios de Flandes e Italia, es decir, a la Inmaculada.

Se daba, pues, respuesta de este modo a la profunda creencia y el gran amor que los españoles le venían profesando, devoción popular que, amparada e impulsada desde todas las diócesis españolas y las cátedras de teólogía de las viejas universidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Granada, Zaragoza, Valladolid o Valencia, queda plasmada, como ya se ha apuntado, en las artes..., en la obra de Murillo, en la de Ribera, en la de Juan de Juanes..., en tantas y tantas tallas y pinturas que atesoran nuestras catedrales, conventos, santuarios y ermitas...; y en las letras..., en la poesía y literatura españolas..., desde Gonzalo de Berceo a Zorrilla y Gabriel y Galán...

El 6 de diciembre de 1983, el Papa Juan Pablo II afirmó durante su vista a Zaragoza:

El amor Mariano ha sido en vuestra historia fermento de catolicidad; y ha impulsado a las gentes de España a una devoción firme y a la defensa intrépida de la grandeza de María, sobre todo en su Inmaculada Concepción.

Más tarde, el 10 de octubre de 1984, en el contexto del viaje que le llevaba a América, también en Zaragoza, pronunció las siguientes palabras:

Decir España, es decir María, porque es decir el Pilar, Covadonga, Aranzazu, Valvanera, Guadalupe, los Desamparados, Lluch, Fuentesanta, las Angustias, los Reyes, el Rocío, la Candelaria, el Pino…

Al fondo, el Monumento a la Inmaculada Concepción de Sevilla, de Lorenzo Coullaut Valera, erigido en la Plaza del Triunfo, como en el caso del de Granada, a los pies del antiguo Hospital Real de la ciudad, junto al Real Alcázar, la Catedral y el Archivo General de Indias en 1918. La foto, de las que dispongo en este momento, en la que mejor se aprecia el conjunto del monumento, fue tomada el pasado 11 de febrero de 2009, durante la exposición temporal que Joan Ripollés llevó a cabo en nuestra ciudad en aquellas fechas, muestra de la que formó parte "Danzarina", la escultura que aparece en primer término

Yo, por mi humilde parte, y aunque sea un poco tarde -que no demasiado, creo-, aprovecho para felicitaros a todos los que por aquí pasáis en este día, especialmente a todas las Inmaculadas, Concepciones, Conchas y Puras..., e invitaros, enlazando con la imagen que encabeza esta entrada, a que viajéis a la bellísima Granada para que, entre otras cosas, endulcéis vuestro paladar con un tradicional y exquisito manjar de la tierra creado para la ocasión en 1897, con un pionono de la santaferina Casa Isla, no en vano, proveedora oficial de la Casa Real Española desde 1916.

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HOY SUENA	Ave Virgo Sanctissima
Renacimiento	Francisco Guerrero / Sevilla / Siglo XVI

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