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Las murallas del miedo
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El último tercio del siglo II comenzó en Roma bajo sombríos auspicios: tras la muerte degradante que los persas de Sapor infligieron a Valeriano, el hijo de éste, Galieno, se propuso reformar la administración y el ejército. Sin embargo, su asesinato, en 268, dejó su obra inacabada.
Los Emperadores Ilirios_____________________________________________________________________________
Los "hijos del Danubio", ilirios de Dalmacia y Panonia, hombres rudos y poco acostumbrados al refinamiento de Roma, aunque excelentes militares y de ferviente patriotismo, fundaron la nueva dinastía imperial y pusieron fin a la anarquía que desde hacía más de medio siglo reinaba en el mundo romano.
El primer emperador ilirio, Claudio II, llamado el Gótico por sus victorias contra los godos, se consagró a la defensa de Occidente contra los germanos, pero falleció en 270 a causa de la peste. El mérito de la reorganización del Imperio correspondió, pues, a sus sucesores, Aureliano y Probo, ambos oriundos de la ciudad panonia de Sirmio.
Durante su breve reinado -270-275- Aureliano combatió en todos los frentes: detuvo a vándalos, jutungos y yázigas en su marcha hacia el norte de Italia; en Siria, venció a la reina Zenobia y reconquistó Palmira y el efímero Imperio de las Galias fue derrocado.
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Una mujer ambiciosa tuvo la osadía de desafiar al poder romano en los confines de Oriente: Zenobia, reina de Palmira.
En el desierto de Siria, entre Damasco y el río Éufrates, se alzaba la próspera ciudad de Palmira, colonia romana desde principios del siglo III. Tras la victoria del persa Sapor I frente a Valeriano, un aristócrata de Palmira, Odenato, rechazó los ataques persas y, posteriormente, tras desembarazarse de la autoridad romana, se hizo nombrar rey de reyes. Tras su asesinato, en 267, su viuda Zenobia asumió la regencia en nombre de su hijo Vabalato y extendió el Imperio de Palmira hasta Capadocia y Egipto. Sin embargo, la ciudad tuvo que capitular ante Aureliano en 272 y Zenobia fue conducida, cautiva, a Roma, donde se vio obligada a figurar en el triunfo que celebró el Emperador.
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Estas victorias, que reforzaron todas las fronteras de las provincias, le valieron el sobrenombre de Restaurador del mundo romano. El emperador deseaba también la unidad de sus súbditos y para ello buscó la unidad corporativa y monetaria. La reunificación del mundo romano se puso en marcha en torno al culto al Sol invictus -al Sol invicto- y, mediante la exaltación de este dios, se esbozó la noción de monarquía de derecho divino.
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El Sol todopoderoso, cuya fiesta se celebraba el 25 de diciembre, se convirtió, a finales del siglo II, en la divinidad principal del paganismo romano.
Baal-Samen entre el dios Luna y el dios Sol / Siglo I d.C. / Museo del Louvre / Paris
Aureliano, nacido en Panonia de madre sacerdotisa del Sol, mandó construir en Roma en 274, con el botín procedente de Palmira, un templo dedicado al Sol invicto -Sol invictus-, con un clero especial. Al destacer el culto solar entre los demás cultos oficiales, pretendía establecer la unidad religiosa de sus súbditos. Como emanación del dios en la tierra, Aureliano celebró la consagración solemne del templo el 25 de diciembre de 274, fecha que se convirtió en el aniversario del nacimiento del Sol y que los cristianos, como es sabido, tomarían posteriormente como el día del nacimiento de Cristo.
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Aureliano murió asesinado en 275 y el viejo senador Tácito le sucedió durante algunos meses, pero fue Probo, un brillante e íntegro general, quien concluyó la pacificación del Imperio al vencer a los bárbaros en el Danubio y reprimir con dureza los levantamientos surgidos en Egipto y Asia Menor.
La obra de Diocleciano_____________________________________________________________________________
Aunque sus respectivos reinados fueron de corta duración, los emperadores ilirios consiguieron, gracias a su energía, que el Imperio Romano subsistiera aún por un largo tiempo. Caro, el sucesor de Probo, a quien sus soldados proclamaron emperador en 282, otorgó a sus dos hijos el título de augustos, hecho que le permitió confiar a uno la dirección de Oriente y a otro la de Occidente.
Pero fue el ilirio Diocleciano, nombrado emperador en 284, quien instauró definitivamente una organización descentralizada del poder imperial que se había vuelto indispensable a causa de las amenazas del exterior y la inestabilidad de la vida política. Al comienzo de su reinado, designó como césar y posteriormente como augusto, a un oficial panonio, Maximiano, a quien encargó la defensa de Occidente, reservándose para sí la de Oriente. En 293 Maximinano nombró a su vez césar al ilirio Constancio Cloro, mientras que Diocleciano otorgó el mismo título a Galerio. De este modo se estableció la tetrarquía, o gobierno de cuatro, en la que dos césares dependían de dos augustos. Aunque Roma seguía siendo en teoría la capital, las residencias imperiales de Milán, Tréveris, Sirmio y Nicomedia se convirtieron en los auténticos centros del poder. La idea imperial se vio renovada por los sobrenombres de Jovius (hijo de Júpiter) y Herculius (hijo de Hércules) atribuidos respectivamente a Diocleciano y a Maximiano, instaurando entre los dos augustos una jerarquía de origen divino.
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Esta escultura de origen sirio simboliza mediante el abrazo de los cuatro personajes la unidad del Imperio Romano durante la Tetrarquía. Esta organización colegial, tenía como finalidad primera la de resolver las dificultades para gobernar un territorio demasiado extenso. El sistema, que se basaba en la buena armonía de los cuatro príncipes, no logró sobrevivir a la fuerte personalidad de Diocleciano. ..
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Los tetrarcas
Siglo IV / Egipto
Basílica de San Marcos / Venecia
Esta escultura de origen sirio simboliza mediante el abrazo de los cuatro personajes la unidad del Imperio Romano durante la Tetrarquía. Esta organización colegial, tenía como finalidad primera la de resolver las dificultades para gobernar un territorio demasiado extenso. El sistema, que se basaba en la buena armonía de los cuatro príncipes, no logró sobrevivir a la fuerte personalidad de Diocleciano. ..
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En cuanto la tetrarquía hubo consolidado el poder, Diocleciano pudo emprender a fondo una obra reformadora. Para luchar contra la inflación, promulgó un edicto que intentó, sin gran éxito, fijar el máximo legal del precio de venta de las mercancías. La presión fiscal aumentó con una nueva distribución de la carga global para poder afrontar la defensa del imperio en todas sus fronteras y se hizo obligatorio para los hijos de soldados el alistamiento en las legiones. Las provincias se fragmentaron en 96 partes, reagrupadas en 12 diócesis y cuatro prefecturas.
Si el Imperio no se derrumbó, pues, a finales del siglo III fue gracias a emperadores como Diocleciano, cuyas reformas dieron a Roma casi siglo y medio de vitalidad.
Pero el mayor dispendio de hombres y dinero para protegerse de las amenazas invasoras y retrasar el ocaso no desterró el miedo a la nada.
Lugo guarda el deseo de seguridad de una población urbana que sólo supo hallar tranquilidad rodeada de cinturones amurallados.
Pues por qué pones las moradas ibéricas en las ciudades destruidas, y recoges en tu verso los oppidum desiertos, y me echas en cara la montañosa Calagurris2, a Bilbilis3, colgante de rocas aceradas, y la colina yacente de Ilerda4, que, como exiliado habite en estas ciudades y lares, fuera de los lugares recubiertos y de las vidas.
Ausonio / Epístola XXIX
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Evolución territorial del Imperio Romano
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1.- Sólo cinco de las mismas son de época romana
2.- Calahorra / La Rioja
3.- Término municipal de Calatayud / Zaragoza
4.- Lérida / Lleida_____________________________________________________________________________
Marcha húngara / La condenación de Fausto
........... Héctor Berlioz / 1846
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Hombre, hoy es el turno de Zenobia, reina de Palmira, uno de esos grandes personajes femeninos de la antigüedad. Pobre mujer, qué triste destino el suyo despues de tanta lucha. Pero Roma aun era poderoso rival.
ResponderEliminarNos deja usted justamente con un emperador que hizo grandes cambios, monsieur. Como usted dice, fue gracias a emperadores como él que el Imperio no se derrumbara, aunque no todas sus medidas fueran afortunadas.
Feliz tarde
Bisous
Desconocido para mí hasta ahora, pero interesantísimo y original blog éste, que he descubierto gracias al enlace de La Dame Masquée. Me hago seguidor y prometo volver a leer con detenimiento varias entradas, como buen amante de la historia. Te dejo el enlace a mi blog sobre historia del arte, por si te apetece conocerlo: http://artetorreherberos.blogspot.com/ Saludos desde Sevilla.
ResponderEliminarEs que no debe ser -o debió ser, en este caso- nada fácil gobernar y acertar siempre, mucho menos tratándose un territorio tan extenso como fue aquel del Imperio Romano, madame..., aquejado ya por entonces por tantos males... No siempre se acierta, no, obviamente...
ResponderEliminarEn cuanto a la mítica figura de Zenobia, quien efectivamente quizá se adelantó a su tiempo, su destino no fue el que supongo ella esperaba..., pero vamos, que tampoco fue tan malo..., teniendo en cuenta las circunstancias y dejando a un lado, claro, su humillante participación en aquel desfile triunfal...
Madame, tened vos también una muy feliz velada.
A vuestros pies
Mil besos, mil...
Ah, muchas gracias por todo, Paco, por tus amables palabras y por pasarme el enlace de tu blog. Por supuesto que, también como amante de la historia, visitaré tu espacio....
ResponderEliminarQue tengas una muy feliz velada.
Buenas noches.
Me asombra la magnificencia de la ciudad de Palmira y de sus ruinas tan magníficamente conservadas.
ResponderEliminarPor cierto, simepre hemos pensado que las tribus que acosaban al maltrecho Imperio Romano eran "bárbaras" (denominación a la que se pueden poner muchos "peros", ¿no crees?), aunque nada más lejos de la verdad. Había algunas que estaban totalmente romanizadas.
Y muy curioso el renacimiento del culto al sol y su iconografía. El relieve que muestras en la entrada parece románico... Yo lo denominaría: "vuelta a los orígenes".
Un saludo
Hola José:
ResponderEliminarHasta hace poco creí que Zenobia era una Leyenda, de esas que se tejen los pueblos que luchaban contra Roma. Luego leí sobre esa gran dama....
Interesante escrito
Saludos
Esas ruinas son impresionantes, verdaderamente, Carmen... Bendita sea por siempre la anastilosis, amén... ¿O no? :)
ResponderEliminarEn fin, todo es "discutido y discutible", que diría de la existencia de nuestra nación nuestro Primer Ministro, ¡qué fatalidad...! Es el triunfo del relativismo... Yo, como soy muy clásico para según qué cosas, me quedo con el sentido que asignaron a ese término sus inventores. Ya, cada cual... Pero sí, creo que te entiendo y estoy de acuerdo...
En cuanto al relieve, data del siglo I d.C. y tiene su origen en las inmediaciones de Palmira. Si te interesa saber más de él no tienes más que pinchar el enlace del Louvre que hay bajo la imagen.
Que tengas un muy feliz domingo.
Buenas tardes.
Hola Manuel, ¿qué tal estás?
ResponderEliminarPues sí, a veces la realidad es sorprendente..., a veces la Historia nos deja con la boca abierta... Me alegra mucho que te haya parecido interesante la entrada. Deber cumplido, pues...
: )
Que tengas un muy feliz domingo.
Buenas tardes.
Bueno, bueno....con el Gran Teodosio hemos "topao"je je. Ya me hubiera gustado a mí hablar con este buen hombre, que terminó de un plumazo con la cronología olímpica y todos los Juegos del imperio. Buenas José, ¿qué tal la pre-Semana Santa?...seguro que con ganas. Auguro una Semana Santa sin sobresaltos, con buen tiempo por supuesto. Por aquí todo bien: muchos apuntes, muchas horas...pero bueno , los días empiezan a hacerse más largos, las flores empiezan a tapizar los valles en las sierras...y parece que uno estudia mejor así. Sigo por aquí...leyendo tus entradas y a tus lectores...aprendiendo, como siempre. UN ABRAZO
ResponderEliminar¡¡¡Hombre, hombre, dichosos los ojos que te leen, José Luis...!!! Qué alegría tenerte de nuevo por casa... ¿Qué tal, cómo va todo? Ya veo que, de entrada, pelín saturado... En fin, todo sea por la causa... En cualquier caso, ya sabes que la recompensa bien merece todo este esfuerzo... Menos mal que, como apuntas, ya está aquí la primavera y todo empieza a verse de "otro color"...
ResponderEliminarY bueno, ya ves, con el mismísimo Teodosio, cuyo nombre ya apunta maneras, nos hemos topao, claro que sí, como no podía ser de otro modo, habida cuenta que era, como dijo aquel, nuestro Teodosio, factor que no hay que perder de vista, ejem, ejem... No le juzgues mal, en cualquier caso, hombre, digo yo... Hay que meterse en su pellejo y en la mentalidad época... No seamos demasiados duros con él por aquello que comprendo te duele, no vaya a ser que le apliquemos por el procedimiento abreviado la Ley de Memoria Histórica y no quede de él ni el nombre de la calle sevillana que lleva su nombre, jejeje...
Pues nada, José Luis, de nuevo repito me ha alegrado mucho tu paso por aquí... Espero que todo continúe marchado a las mil maravillas por ahí y que pronto estés de vuelta en tu espacio, al que, como te dije hace tiempo, también se echa de menos.
Que tengas una muy feliz velada y un leve, levísimo arranque de semana.
Un fuerte abrazo.
Hola a todo: Como autora de la foto del Tetrapilon puedo acreditar que Palmira debió de ser una ciudad maravillosa, todavía se conservan templos, un teatro, una gran avenida bordeada de columnas... lo que demuestra el nivel cultural al que llegaron. El viaje a Siria es totalmente recomendable, sin agobios de turistas, hoy por hoy el país no tiene turismo de masas y su potencial humano es increible. Os lo recomiendo. Si quereis ver más fotos de Siria, visitar el album que tengo colgado en FLICKR, merece la pena. Saludos a todos los amantes de la cultura!!!
ResponderEliminar¡Ah, pues en nombre de todos los que por aquí pasan, Montse, muchas gracias por la sugerencia, que suscribo, y, por supuesto, en el mío propio, por prestarnos esta estupenda foto del Tetrapilon de Palmira que ilustra la entrada! Enhorabuena por ella y por todas las demás del álbum que, sin duda, asimismo recomiendo. ¡Muchas gracias...!
ResponderEliminarQue tengas una muy feliz jornada.
Un cálido saludo.