martes, 8 de diciembre de 2009

- 8 DE DICIEMBRE / Festividad de la Inmaculada

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Santa Ana enseñando a leer a la Virgen ................
Bartolomé Esteban Murillo / 1655 ................
Óleo sobre lienzo / 219 x 165 centímetros ................
Barroco español / Escuela sevillana ................
Museo Nacional del Prado / Madrid ................



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En una estancia prácticamente desnuda de detalles decorativos la presencia de la Virgen y su madre, Santa Ana, se erige como eje de la obra.

Santa Ana sentada en una especie de arcón, dirige su mirada a su hija, al tiempo que Ésta se dispone a rezar con un libro de oraciones entre sus manos. Al fondo, vemos dos ángeles regordetes que se disponen a entrar en la estancia con la intención de colocar una corona de flores sobre la cabeza de la Virgen, Quien, en pie, alza su mirada hacia Dios.


Santa Ana es representada aquí de forma similar a aquellos otros personajes femeninos que aparecen en la obra de Velázquez que lleva por título Cristo en casa de Marta y María. La Virgen, sin embargo, se ajusta más a los propios esquemas de Murillo, o incluso Zurbarán…


La luz penetra por la zona delantera de la composición, bañando la figura de la pueril Virgen María. En cambio, Santa Ana se halla en una zona más oscura. Aún así, el contraste entre luces y sombras no es tan acusado como en otros trabajos de temática similar realizados por el genial pintor hispalense.


Las ropas poseen texturas sedosas y brillantes, de colores pálido-rosáceos en el caso de la Virgen, cuya profusión de pliegues, además, refleja el conocimiento que el autor poseía de la obra de Caravaggio, mientras que en el de su madre son anaranjados y grises.


Por último cabe destacar la habilidad que el sevillano mostraba a la hora de trabajar con texturas de diversa índole, como puede comprobarse al observar el mimbre de la cesta que aparece en primer término, tan asombrosamente recreado…

Con poco fundamento se pinta a Santa Ana enseñando a leer a la Madre de Dios, porque lo que sabía era por ciencia infusa, como dice San Bernardo.

Francisco Pacheco / Siglo XVII










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En fin, aunque don Bartolomé nos dejó una larga lista de Inmaculadas, a cual más maravillosa, me apetecía festejar este día tan especial para los cristianos universales, entre quienes me cuento, con esta entrañable obra suya, una de mis favoritas y que, de algún modo, no está tan mal traída para la ocasión…

Espero que tengáis una felicísima jornada... ¡Ya está aquí la Navidad…!

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Suena: Ave Virgo Sanctissima / Renacimiento español

......................Francisco Guerrero / Siglo XVI

2 comentarios:

  1. Una buena eleccion la suya, monsieur, con un gusto exquisito.
    Pero ay, no me recuerde lo cerca que esta la navidad, que yo soy de esas personas que la encuentran muy triste. Cada año se echan de menos a mas personas, y las ausencias van pesando como una losa por esas fechas.
    Y luego las prisas, las compras, todo tan estresante. Yo siempre quiero que pasen rapido, y recuperar mi ritmo normal.

    Buenas noches, monsieur

    Bisous

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  2. Me alegra mucho que coincidáis conmigo en el gusto, madame... Verdaderamente se trata de una obra deliciosa...

    En fin, doña Diana, vos sabéis que no son precisas las fechas señaladas, que no precisamos de motivos especiales para recordar a nuestros seres queridos que ya no están físicamente entre nosotros, a los cuales se les echa de menos día a día... Hay que celebrar la Navidad por todo lo alto, claro que sí, y estar alegre, más si cabe que el resto del año... Y no porque así este establecido por el común de los mortales, sino porque no se trata de una celebración cualquiera... Vos sois consciente, porque nos conocemos desde hace ya un rato largo, de que este humilde servidor vuestro tiene motivos más que sobrados para estar triste en estos días y de que sin embargo, no siendo una persona ni frívola ni olvidadiza, o al menos no se considera tal, no es así...

    Madame, tomároslo con calma, no gastéis demasiado dinero, que no está el horno para bollos precisamente, y tened una muy feliz velada :)

    Mil besos, mil.

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